domingo, 5 de octubre de 2014

Tras el estreno...

El viernes, 3 de Octubre, fue un día muy especial. Teníamos muchas ganas de compartir esta historia que nos ha servido para mantener tantos debates acerca de las jorobas, visibles o no, de los lastres que a veces nos impiden avanzar sin saber siquiera que los tenemos, o de nuestro avance a pesar de los lastres conocidos y aceptados...

Habíamos realizado ya dos ensayos generales en la propia ENT y teníamos nuestras grullas, en la oscuridad de la sala abandonada tras los ensayos, dispuestas a desplegar sus deseos alados. Teníamos las palabras de ánimo del autor, Raúl Cortés, revoloteando sobre nuestras cabezas como mirlos blancos portadores de buenos deseos y mucho cariño. 

Y teníamos confianza. En nosotrxs, en nuestros personajes, en la mágica luz creada para la representación por nuestro querido Josemari, en el sonido impenitente y repetido de las goteras en el cubo, en la luz de las velas y las líneas invisibles dispuestas por Xabi Tirapu.

Hermoso estar en los camerinos tranquilos y confiados, acompañados por nosotrxs mismxs. Hermoso salir a escena y escuchar el silencio de la sala conteniendo el aliento, como en caverna húmeda, durante la representación. Hermoso contar esa historia y llegar al final de la espera de Roma, que no es búsqueda sino teatro, a la traición del viejo de la joroba.

Y, por supuesto, hermoso escucharos, sentiros, besaros, abrazaros y brindar por vosotrxs, por el teatro, por La puerta roja y por el autor de este maravilloso texto una vez terminada la representación.

Gracias, muchas gracias por vuestra presencia en nuestras vidas, en LA VIDA





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